Imperium, un salto de calidad en la ficción española

No solo tenía ganas de que Imperium me gustase, sino que lo necesitaba. La serie que anoche estrenó Antena 3 mostraba ya hace meses en sus promos un producto de enorme potencial, con una escenografía trabajada y un acabado muy novedoso en el ámbito nacional, al menos con respecto a su predecesora Hispania o a ese cúmulo de patógenos dañinos que nos intentan colar como ficción histórica y que desde hace unos años están de moda en este país. Hacía falta que no decepcionase, y así ha sido: Imperium va camino de convertirse por mérito propio en una de las mejores series que han visto la luz en España.

Tráiler

Estrechando distancias con Hollywood 

Un error de principiante que esta vez no he cometido ha sido el de pensar en Game of Thrones, Boardwalk Empire, Roma y otros derivados que significan pasta, pasta, pasta y más pasta. Evidentemente si este piloto se emitiese en HBO seguramente los paladares más finos le hubiésemos pedido un poco más, pero por primera vez sería emitible, compiten en la misma liga. Vale que en un partido ganaría la americana por 10 goles a 0, pero ya están las dos en primera división. 

La imagen entra muy bien por los ojos, y podemos decir que tiene la mejor factura visual que he visto en una producción española desde Crematorio. No en vano, e intentando imitar un poco a Roma, gran parte de la serie se ha rodado en los famosos estudios italianos de Cinecitta, testigos de una infinidad de películas del género Péplum romano, y de hecho los más observadores encontraréis que se han agenciado algunos de los escenarios de la serie de Bruno Heller. 

Imperium está rodada en formato cine, y de hecho por fin parece cine (y no cine español, sino del de verdad), con aspectos propios de una  más que digna superproducción. Aún así se le ven bastantes cutreces. Tenemos sus cartón piedra ocasionales, e incluso sus pequeños chroma para los fondos de los planos más generales, pero si hasta Once upon a time se podía permitir también chromas y efectos malos por doquier y a nadie le importaba mucho, también lo podrá hacer esta. 

Mientras no sean cartón piedra tan chirriantes como los de Águila Roja o El secreto de Puente Viejo, ni los chromas asesinos de Ringer que devoran a Sarah Michelle Gellar, podremos aceptarlo. Sobre todo teniendo en cuenta que esta serie no ha tenido ni la mitad de presupuesto que Juego de Tronos, ya bastante bien lo ha hecho Bambú Producciones con los medios que poseían. Además, no debemos olvidar que Antena 3 ejerce más la función de network que de cadena de cable, donde son emitidos los productos con los que será comparada. 

Por el poder de Roma

La serie destaca sobre todo por su espléndido reparto: Lluis Homar y José Sancho están soberbios como protagonistas, cada cara a cara entre ellos es también un duelo interpretativo de altura, y solo por eso merece la pena ver este primer episodio. Tampoco desmerecen Antonio Mourelos, Nathalie Poza, Ángela Cremonte, Jesús Olmedo o esa Aura Garrido en el papel de Cora, un personaje que me enamoró desde que apareció por primera vez en pantalla, y sobre el que auguro que va a tener mucha relevancia en el futuro.

Respecto al argumento, han decidido optar, como era esperable, por una cosa muy convencional, sin filigranas ni demasiadas dobleces o contradicciones internas entre los personajes, creando un producto que solo busca entretener mediante intrigas palaciegas y luchas de poder entre familias rivales. No es que los personajes no sean complejos, lo son y están bien construidos, o que el discurso esté mal narrado, todo lo contrario, simplemente le falta ese algo que diferencia y eleva una película por encima de las demás. 

Juega muy en su contra esa manía española de narrar precipitadamente lo que podría ser toda una temporada en un solo capítulo. La duración es excesiva, unos infumables 70 minutos, otra marca Made in Spain de la que a las cadenas les da miedo librarse. Y es que no solo nos causa pavor irnos a los 50, sino que asusta la idea de cortar. Para mi grata sorpresa, no hay tramas secundarias metidas con calzador, pero sí ese alargamiento de escenas, ese montaje reiterativo al que le sobra material por los cuatro costados, en el polo opuesto, por ejemplo, de la espléndida edición de las series de Showtime.

La primera temporada constará de tan solo seis episodios que se emitirán en las próximas semanas. Esta primera entrega deja un buen sabor de boca, tenemos una producción de una calidad bastante notable que además es la mejor oferta que podemos encontrar en su franja, pues el resto de cadenas tampoco es que programen cosas muy apetecibles. Imperium es un paso adelante para dignificar nuestra televisión, el modelo que desde este momento deberíamos imitar (y mejorar) a la hora de crear series. Desde aquí tienen mi enhorabuena.