Un agente de policía de Los Ángeles sufre un accidente de tráfico mientras viaja en coche con su familia. En un primer momento parece que ha muerto su hijo, y debe afrontar el dolor de este suceso junto a su esposa. Pero cuando despierta a la mañana siguiente, todo ha cambiado: el chaval está vivo y es su mujer la fallecida. Esta extraña situación se repite en bucle una y otra vez cada vez que cierra los ojos para irse a dormir: nuestro protagonista se ve obligado a alternar entre dos vidas paralelas de las cuales una es real y la otra un sueño producido por el impacto de perder a un ser querido. Pero ¿cual es cual?
En el personaje principal se crea un dilema interno muy interesante: sabe que uno de los mundos es un sueño del que debe despertar, pero al mismo tiempo no quiere perder a ninguno de los dos miembros de su familia. El agente Britten pronto acepta vivir entre dos universos conectados en los que ocurre casi lo mismo, pero con ligeras variaciones, haciendo al espectador partícipe del eterno interrogante de que es verdad y que es imaginario.
Esta interconexión es la clave para todas las líneas argumentales. Michael lleva una pulsera roja o verde según esté con su mujer Hannah o con su hijo Rex, y las cosas que descubre en una realidad le pueden servir para solucionar un problema en la otra. Esto alcanza su máximo exponente en los casos criminales que afronta el equipo al que pertenece, pues en todos los capítulos debe resolver uno diferente en cada realidad, pero los signos y las pistas aparentemente sin sentido que encuentra en un mundo le ayudan en su investigación paralela.
Con esta estrategia la NBC ha decidido apostar por lo seguro y revestir de procedimental lo que en principio es una historia con continuidad. Una estrategia que no sirve para enganchar a los dos tipos de público tanto como creen, pues en mi opinión a los que solo busquen un drama policiaco no prestarán mucha atención a los conflictos entre los personajes, y los que de verdad se sientan atraídos por la idea de la serie sentirán que los casos son un estorbo innecesario.
Las situaciones dramáticas que se dan a partir del concepto de la serie son ilimitadas y muy atractivas. Por ejemplo, la mujer de Michael sufre realmente por la muerte de su hijo, pero su marido no puede entender sus sentimientos, porque para él Rex sigue ahí. Así mismo, cuando en la realidad de su hijo se le presenta la oportunidad de tener una relación con otra mujer se muestra reacio a hacerlo, pues aunque técnicamente no estaría siendo infiel, en cuanto se despertara se encontraría de nuevo con su Hannah, y aunque sean mundos alternos, los sentimientos son únicos.
En Awake también hay un trama conspiranoica sobre el supuesto accidente de coche que da inicio a la trama, en la que se revela que este fue provocado por alguien que deseaba borrar del mapa al agente Britten y a su familia. Sobre este, caso que se extiende durante toda la temporada, he de decir que sí queda resuelto, aunque serie acaba con un Cliffhanger bastante fuerte que ya no tendrá continuidad.
Awake se convertirá con el tiempo en uno de esos clásicos inconclusos de una única temporada ideal para regalar en DVD, pues lamentablemente fue cancelada tras emitir los trece primeros capítulos que formaban la primera temporada. Puede que si hubiese sido emitida en una cadena de cable donde seguramente habrían omitido el procedimental y acentuado las relaciones personales el producto habría llegado a mejor puerto. A su favor tenemos una histora muy innovadora, bien narrada y bastante entretenida que no debéis perderos si buscais algo tan sencillo como sorprendente.
Y lo mejor de todo, podéis verla completa sin pagar el 21% de IVA en este enlace.
Archivo fotográfico ⎪ NBC.com
Tráiler
Que toda la vida es sueño, y los sueños...
Bajo esta prometedora premisa arrancaba una de las nuevas apuestas de la cadena NBC para la pasada temporada. Un high-concept de manual que parte de una idea sorprendente o novedosa que sirve como gancho perfecto para captar espectadores desde el inicio. Michael Britten (al que interpreta Jason Isaacs) nos hace partícipes del dolor que siente ante la duda de cual de los dos mundos es el real, al mismo tiempo que es incapaz de renunciar a ninguno de ellos.En el personaje principal se crea un dilema interno muy interesante: sabe que uno de los mundos es un sueño del que debe despertar, pero al mismo tiempo no quiere perder a ninguno de los dos miembros de su familia. El agente Britten pronto acepta vivir entre dos universos conectados en los que ocurre casi lo mismo, pero con ligeras variaciones, haciendo al espectador partícipe del eterno interrogante de que es verdad y que es imaginario.
Esta interconexión es la clave para todas las líneas argumentales. Michael lleva una pulsera roja o verde según esté con su mujer Hannah o con su hijo Rex, y las cosas que descubre en una realidad le pueden servir para solucionar un problema en la otra. Esto alcanza su máximo exponente en los casos criminales que afronta el equipo al que pertenece, pues en todos los capítulos debe resolver uno diferente en cada realidad, pero los signos y las pistas aparentemente sin sentido que encuentra en un mundo le ayudan en su investigación paralela.
Con esta estrategia la NBC ha decidido apostar por lo seguro y revestir de procedimental lo que en principio es una historia con continuidad. Una estrategia que no sirve para enganchar a los dos tipos de público tanto como creen, pues en mi opinión a los que solo busquen un drama policiaco no prestarán mucha atención a los conflictos entre los personajes, y los que de verdad se sientan atraídos por la idea de la serie sentirán que los casos son un estorbo innecesario.
Vivir entre dos mundos
Lo cierto es que son las historias personales lo más interesante de la serie. Obligado por sus jefes en ambos casos, en el universo de su mujer debe acudir a un terapeuta férreo e intransigente que cree que lo que le ocurre solo le ayudará a destruirse a sí mismo, mientras que en el de su hijo es atendido por una mujer dócil que interpreta la situación como un mágico juego del subconsciente. Es curioso porque ambos doctores intentan convencerlo de que su mundo es el real, cuando para él ambos son tan verdaderos como necesarios.Las situaciones dramáticas que se dan a partir del concepto de la serie son ilimitadas y muy atractivas. Por ejemplo, la mujer de Michael sufre realmente por la muerte de su hijo, pero su marido no puede entender sus sentimientos, porque para él Rex sigue ahí. Así mismo, cuando en la realidad de su hijo se le presenta la oportunidad de tener una relación con otra mujer se muestra reacio a hacerlo, pues aunque técnicamente no estaría siendo infiel, en cuanto se despertara se encontraría de nuevo con su Hannah, y aunque sean mundos alternos, los sentimientos son únicos.
En Awake también hay un trama conspiranoica sobre el supuesto accidente de coche que da inicio a la trama, en la que se revela que este fue provocado por alguien que deseaba borrar del mapa al agente Britten y a su familia. Sobre este, caso que se extiende durante toda la temporada, he de decir que sí queda resuelto, aunque serie acaba con un Cliffhanger bastante fuerte que ya no tendrá continuidad.
Awake se convertirá con el tiempo en uno de esos clásicos inconclusos de una única temporada ideal para regalar en DVD, pues lamentablemente fue cancelada tras emitir los trece primeros capítulos que formaban la primera temporada. Puede que si hubiese sido emitida en una cadena de cable donde seguramente habrían omitido el procedimental y acentuado las relaciones personales el producto habría llegado a mejor puerto. A su favor tenemos una histora muy innovadora, bien narrada y bastante entretenida que no debéis perderos si buscais algo tan sencillo como sorprendente.
Y lo mejor de todo, podéis verla completa sin pagar el 21% de IVA en este enlace.
Archivo fotográfico ⎪ NBC.com
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