Tratamiento morboso de la actualidad en televisión ¿Cómo distinguir la información del espectáculo?

En las últimas semanas distintos medios de comunicación han estado bombardeándonos con la peculiar restauración que una anciana ha realizado del Ecce Hommo de la localidad de Borja, y el cual ha dado pie a muchas parodias, algunas de ellas absurdas. Mas ayer la crónica de sucesos debía ceder parte de su espacio a la confirmación de otra triste y macabra noticia: la de que los restos hallados en la propiedad de los abuelos de los desaparecidos Ruth y José, presuntamente asesinados por su padre José Bretón, pertenecen a dos niños.

Cuando un medio que se dedica a tratar muchos de sus temas en clave de humor decide hablar de algo tan escabroso, no debe tomar más de un segundo la elección de rechazar hacer cualquier chiste sobre el tema . Sí, soy defensor a ultranza del humor negro, y sencillamente creo que no deberían existir tabúes, que se puede hacer humor de cualquier tema, y que todo depende del tratamiento. Pero también  que su objetivo es aliviar tensiones, ayudar a hacer más llevadera una situación, y con un caso tan reciente a nadie le iban a agradar las bromas sobre él, no tendría utilidad y solo serían comentarios soeces, de mal gusto y totalmente censurables.

Periodismo y folclore

El trato que damos a las noticias es algo muy importante, y que en mi opinión pasamos demasiado por alto. Pongamos el del Ecce Hommo. Es un caso más ligero que el infanticidio, y por lo tanto más propicio para la broma. La noticia puede tener su gracia desde fuera, lo reconozco, pero la señora no es que arrancara a carcajadas. Lógicamente, ella es simplemente una aficionada a la restauración a la que ese día  no le sentó muy bien que todos la señalen por un único error. 

Supongo que la buena mujer en cuestión habría soportado una breve reseña en los informativos, pero la cosa no quedó ahí. El verano es época de pocas noticias, y puestos a rellenar con crónicas sobre cuanto calor hace (En serio? Tengo que beber agua y ponerme a la sombra? Gracias Telediario por salvarme la vida, iba a tostarme toda la tarde al sol hasta que me tuviesen que ingresar en la UVI) mejor hacerlo con un patrimonio artístico dañado.  He sentido verdadero asco de esos reporteros de TVE y Antena 3 que al entrevistar a la pobre señora poco interés tenían en lo que ella quería o no explicar, tratándola de tonta e intentando sacar de su boca tan solo la parida más absurda que la confundida anciana pudiese pronunciar.

De todos modos, no sé que podíamos esperar de los mismos medios que en su día abrían sus distintas ediciones con las predicciones del Pulpo Paul (que los ciudadanos de a pie caigan en semejante bobaliconería, no significa que ellos deban seguirles el juego. Periodismo muy serio, por supuesto). Supongo que el culmen de toda esta historia ha sido la aparición el pasado sábado de la restauradora en El Gran Debate, ese programa infecto disfrazado de serio y trascendente que no deja de ser otra muestra de los contenidos fáciles y emocionalmente manipuladores que durante años han sido una constante en la programación de la cadena de Fuencarral.

Música sentimentalista, atosigamiento intrusivo por parte de la reportera y una pobre señora que acaba echándose a llorar. Algo que debería ser indamisible y, sin embargo, no lo es. Trucos para ganar audiencia a costa de una persona que en una civilizacíon avanzada no deberíamos permitir, y sin embargo lo hacemos. Estas imágenes me recuerdan a un reportaje que el extinto programa de la misma cadena Está Pasando realizó a raíz del accidente del vuelo de Spanair ocurrido hace cuatro años. 

En el citado segmento una reportera se embarcaba, apenas unas semanas después de lo ocurrido, en un vuelo paralelo al accidentado, donde también con una música melancólica, narraba aquel momento como si se estuviese respirando una enorme tensión. Muy patético todo. Con la noticia de José Bretón es evidente que no dejarán escapar lo que para ellos es un pastel igual o incluso más jugoso.

Todos los días ocurren crímenes y entiendo que sean noticia, pero los límites de la intimidad y el respeto a los afectados deberían primar sobre el morbo y la espectacularización. Sin ir más lejos llevamos años hablando del caso Marta del Castillo. Aquello ocurrió en su día, no hay ningún motivo para continuar colapsándonos continuamente con hipótesis y elucubraciones sobre el crimen, ni mucho menos entrevistas a los familiares de los asesinos para entretener a esa audiencia que cada vez parece más boba y cada día que pasa parece demandar más circo. 

Del caso de los dos hermanos se va a hablar en los próximos días, y mucho. Pronto tendremos toda la información que necesitamos, y mucha más que no solo no es necesaria, sino que seguro atentará contra los derechos de los fallecidos y de sus familias. Marta del Castillo, Ruth o José merecen que les dejen en paz. Donde acaba la información, empieza el espectáculo.   

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