Ilustres Ignorantes, el placer de la charla de bar

El último reducto de humor inteligente en televisión

 

 "El mundo se está quedando sin genios. Einstein murió, Beethoven se quedó sordo y a mí me duele la cabeza" 

Es una realidad, aunque muchos no quieran verlo, que estamos faltos de humor en televisión. De humor de verdad. Ese en el que la gracia viene de un análisis del ser humano y de la realidad social usando una retórica irónica e ingeniosa. Yo que soy de las lluviosas tierras galaicas, debo decir que por predisposición genética nosotros, que no sabemos nunca si subimos o bajamos, a  no ser que hablemos del Dépor, contamos con una curiosa ventaja que nos hace superiores, como no, al resto de la humanidad en lo que a ironía se refiere, y es la llamada "retranca galega". Lamentablemente esta  habilidad está  infraaprovechada en cualquier pretendido espectáculo que se diga de humor, y menos en televisión, reduciéndolo aquí a bobaliconas bromas carentes de gracia y que normalmente no hacen más que rozar la verguenza ajena.

En estos tiempo hace falta comedia, pero no la típica frase de "con la que está cayendo" callaos ya, chupiprogres de mierda, que está muy pasada la cancioncilla.  Hace falta porque es arte y el arte es bueno. Puede que últimamente el humor haya quedado relegado a internet. En la red hay ingenio pero no hay dinero, y en la tele hay pasta  pero escasea la inventiva. Así El Mundo Today (más que recomendable) es de las páginas web más visitadas de España, mis queridos dioses de Malviviendo ahí siguen con lo suyo pese a las dificultades y las tentadoras ofertas de la pequeña pantalla, y Faemino y  Cansado hace tiempo que dejaron la caja tonta para trabajar sólo en teatro, donde demuestran que con un fondo negro, un par de tirantes y su labia no hace falta más para hacer algo que de pasar por las manos del directivo de turno de Antena 3 sería infinitamente peor.

También hace poco en una conversación con Fernando González "Gonzo", el  controvertido reportero de El Intermedio, nos comentaba que mucha gente le felicitaba por su trabajo y le decía que eran los únicos que hacían algo así. Lejos de alegrarle, a Gonzo le apenaba la ausencia de competidores, cuando según él hace años cada cadena tenía su propio programa de sátira. Lo cierto es que estamos poco acostumbrados a  reírnos de nosotros  mismos en este dichoso país, y así nos va, en un lugar donde a la gente le  da igual que un informativo muestre cadáveres descuartizados o que se aireen las vidas de los famosos en horario infantil, pero sí te metes un poco con el político o institución religiosa de turno, enseguida tienes cincuenta mil  asociaciones denunciándote. La  tele es tele, no son medios libres, pertenecen a un grupo de comunicación que deben responder ante un partido político, te guste o no. La tele es un medio acojonantemente maravilloso pero tal y como está configurada dá más que asco.

En este panorama pocas son las oportunidades para los que con pasión  intenten sacar adelante un formato libre, interesante e innovador. Poco conocidos aunque más que recomendables son Efectos Secundarios, colaboradores de Hoy por Hoy en La Ser, con un humor absurdo, inteligente y bastante transgresor, pero claro, es radio. Otro  caso es el que hoy nos centra y se trata de Ilustres Ignorantes. En estos tiempos en los que Canal+ ha demostrado ser la única opción española que no pone cortapisas a la creatividad, lleva desde 2008 deleitándonos con este formato de producción propia. El que fuera colaborador de  Lo+Plus, el mejor talk show que se ha emitido en este país (muy por encima de cualquier magazine de humor de La Sexta), Javier Coronas, conduce esta tertulia acompañado del humorista Javier Cansado, de Faemino y Cansado, y del escritor y experto en televisión y cine, Pepe Colubi, uno de los tíos con más ingenio que puedes conocer y, por que no decirlo, mi alter ego... un espejo en el que mirarme. 

La premisa es sencilla: el trío protagonista, acompañado cada semana de dos invitados, charlará durante un rato sobre temas a priori intrascendentes para el devenir del mundo planteando una infinidad de preguntas "chorras" de esas que todos nos cuestionanmos alguna vez. Todos hemos quedado una tarde con varios amigos   cuando llega el verano y nos hemos pasado sin saber cómo hasta la noche hablando de las paridas que se nos ocurrían en cada momento y riéndonos a carcajada limpia mientras rememorábamos anécdotas de nuestro pasado. Eso es lo que intenta transmitir este formato. Tan sólo Coronas, que ejerce como conductor y moderador, tiene un guión mínimo del esqueleto del programa. Todos los demás desconocen de lo que se va a hablar en cada momento, con lo que la improvisación es máxima. Tras mostrar un fragmento de un conocido clásico del séptimo arte el presentador les anuncia el tema y a través de una serie de preguntas van desarrollando sus ideas. Al final se les hace a todos los participantes un pequeño cuestionario para finalizar ofreciéndole a cada uno de los invitados el premio al más ilustre y al más ignorante, según el caso.

El programa no es brillante, ni mucho menos. El hecho de ser improvisado hace que sea muy irregular,  con lo que algunos te divierten de principio a fin, y otros te aburren al instante. Es un formato muy radiofónico,  de hecho a veces me parece estar viendo una versión más cutre  pero igual de carismática de La rosa de los vientos de Onda Cero. Sinceramente creo que  funcionaría mucho mejor en radio. No es la idea del siglo y su mayor ventaja es la brevedad, poco más de veinte minutos que en ningún caso se hacen aburridos. Para mí esa es su genialidad, conseguir gustarte un ratillo hablando de cosas que no te imaginarías escuchar en televisión.

Ilustres Ignorantes prescinde de la comedia pura, le va más la sutileza. Cansado debe ser éste el único lugar donde no hace gracia, aunque es fundamental como detonante de las historias, y los invitados menos. El que mejor lo hace es Colubi, interviene menos pero intenta introducir siempre la perspectiva del humor, lo que  le queda muy bien. No te reirás más de una vez por programa, y cada cinco o diez programas, así que no es este tu sitio si buscas que se te corte la respiración. Ilustres no se emitiría nunca en una cadena generalista. Aparte del formato "carne de zapping" en el que sólo se habla,  y aún por encima  de idas de olla, se podría decir que es para paladares selectos. Igual que a unos les encanta, a otros les aburrirá soberanamente. Claro que el envoltorio no ayuda. Con periodicidad quincenal, podemos verlo desde el escenario de la sala Galileo Galilei, con unos planos y una fotografía pésimos que sólo consiguen echar para atrás ante el poco cariño que Canal+ ha puesto en su producto, sobre todo cuando en sus primeras temporadas el programa se realizaba en un plató, que aunque no era excesivamente bonito, estaba  a años luz del actual. 

Definitivamente, este no es un programa que aborde el principio de incertidumbre de Heisenberg ni  las galaxias secretas de Orion. Bien cierto es que tampoco estamos ante el prototipo de los reportajes de Jordi Évole, con los que la gente necesita proclamar a los cuatro vientos que lo ha visto para demostrar lo inteligente y lo progre que es, pues no saldrás de este visionado ni más ilustre ni más ignorante, simplemente con la sensación de haber presenciado  una conversación diferente y digna.

Una ventaja para los que como yo no seais de oro y no podeis suscribiros al digital, todos los programas íntegros se pueden ver en streaming a través de la propia web de Canal+.