sábado, 14 de julio de 2012

El principio del fin de la televisión

Y el comienzo de Hulu, Netflix, Amazon o iTunes



La semana pasada a muchos llamaron la atención las declaraciones de Paolo Vasile en las que afirmaba que pese al enorme éxito de audiencia que fue para Mediaset la retransmisión de la Eurocopa, este no se tradujo en ingresos debido a la caída de la inversión publicitaria. Es decir, seguro que Telecinco no perdió pasta con el negocio, y evidentemente sacaría una cantidad considerable, pero los billetes no llegaron de forma equitativa al share, algo que posiblemente sí habría ocurrido hace unos años.

Según el informe presentado este Martes al Congreso (mal momento para hablar del Congreso escogí yo, también) por la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, la tele de pago es la única que creció en 2011. Los abonados ya rondan el 23% de las familias españolas y sus beneficios son la segunda partida más importante del sector audiovisual. Esta subida se debe al consumo de televisión en internet y a la TDT de pago, introducida en 2009. El satélite es la primera opción del mercado, seguido del cable. 

Las cadenas generalistas, y por extensión el resto del sector audiovisual, han sufrido una caída importante. La crisis publicitaria afecta a todos y sus ingresos se han reducido en un 13% con respecto a 2010. Aún así la televisión en abierto continúa teniendo gran aceptación en España: el año pasado se produjo otro récord de consumo con 239 minutos por espectador y día. De toda esa gente que  presume de no ver la tele no me creo ni la mitad. Como curiosidad, también bajaron el pay per view (pago por visión) y el vídeo bajo demanda. 

Si echamos un vistazo al panorama en el resto del planeta, esto va a ir a menos, y habría que estar ciego para no percibir el cambio en los hábitos de consumo. Me ha gustado mucho el análisis de Henry Blodget, director de la revista Business Insider: No quiero ser alarmista, pero el colapso de la televisión ya ha comenzado. En su ensayo el periodista hace una curiosa comparación entre el medio televisivo y lo que ocurrió con la prensa escrita en los albores de internet. Durante la década de los 90 y comienzos de los 2000 la venta de periódicos y la inversión de los publicistas han bajado considerablemente.

El usuario se ha digitalizado: webs de anuncios como ebay, blogs sobre casi cualquier tema, ediciones electrónicas de cada periódico... al principio a nadie le parecía que esto fuese motivo de alarma, y de primeras los que se atrevieron a predecir el fin de la prensa tradicional fueron tachados de locos. Estos cambios no vienen de un día para otro, por eso la suscripciones siguen creciendo y los anuncios despuntando, pero desde comienzos de siglo la inversión publicitaria comenzó a decaer, pasando de 60 billones a cerca de 20. 

Que de aquí a 2020 nos encontremos con el caso homólogo en el mercado audiovisual es perfectamente factible y, como Blodget, opino que de un modo u otro ocurrirá. La imprenta no ha desaparecido totalmente, pero el papel ya no es una opción de masas. Algo así podría ocurrir con la televisión. Ya no vemos programas en el momento en que se emiten, ni mucho menos nos tragamos toda la publicidad, exceptuando el tele-evento, relegado a competiciones deportivas y noticias de gran envergadura. De momento gana la tele, pero el streaming ataca con fuerza.



El consumo emergente es bajo demanda y sin anuncios. Nos estamos habituando a usar Netflix, iTunes o HBO (en España Canal +), a consultar la televisión a la carta de las webs de las cadenas y muchos (aunque les remueva la conciencia) gozan descargando series gratuítas mediante torrents y páginas  habilitadas para ello (pese a iniciativas como el cierre de Megaupload, Sindes, Sopas y otras que parecen  haber iniciado una guerra que ya tienen perdida). Vemos contenido en cuatro pantallas: TV, ordenadores, teléfonos y tabletas. Que las familias se reúnan en el salón a ver la tele es una imagen cada vez más de ciencia ficción. 

Deberíamos preocuparnos? Personalmente creo que no, las cosas evolucionan y solo es cuestión de afrontar los cambios. Aunque les queda un largo recorrido, servicios como Netflix o grupos como NBC Universal o Time Warner acabarán sustituyendo a la televisión. Con tiempo, mucho tiempo. La diferencia entre la tele y otras opciones de vídeo desaparecerá. Pagaremos a distribuidores, compraremos algunos contenidos y otros los tendremos de forma gratuíta. 

Al contrario de lo que creen las cadenas, la publicidad no van a recuperarse de la crisis. Seguirá cayendo, y el éxito será para las empresas que sepan adaptarse a la nueva realidad. Es el futuro.... lleno de riesgo y de incertidumbre. Como se decía antaño, que Dios nos coja confesados. 

2 comentarios:

  1. me encantó el final.
    pero no comentaste nada de fimin, nubeox, youzee, waki... etc y pienso que es un error

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    1. No queria extenderme en eso que comentas, ya que precisamente tenia pensado en el futuro hacer nuevas entradas dedicadas a Netflix, Youzee y otros sistemas que distribuyen contenidos . Si sigues el bde television. Si sigues el blog con frecuencia podras leerlas muy pronto.

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