domingo, 8 de julio de 2012

Pulseras rojas, la serie que adaptará Spielberg y estrena hoy Antena 3

Una conmovedora historia de amistad y superación



Si tuviera que buscar una razón para recomendar Polseres Vermelles (Pulseras Rojas) no encontraría otra mejor que el hecho de que es una buena serie. Aporta algo, suficiente para que el espectador más exigente no sienta que pierde el tiempo viéndola. La serie de TV3, aunque dista de ser perfecta, supera con creces la media de ficción patria. Juega en otra liga y echando un vistazo a su iluminación, su montaje o su guión, cuesta creer que esté hecha aquí. Que hayamos tenido que esperar a que algo como esto salga de una cadena autonómica debería hacernos reflexionar. Y mucho.  

Tras encandilar a crítica y público el pasado año con su emisión en la autonómica catalana, su primera temporada de trece capítulos nos llega hoy lunes a las 22:30 a Antena 3, y se podrá ver tanto doblada como en catalán con subtítulos en español (opción esta última que recomiendo). Cabe destacar que aunque en principio iba a emitirse en neox, muy grande debía ser la confianza de la cadena de Planeta en ella para colocarla finalmente en su canal principal. La idea original y el guión de todos sus capítulos parten de Albert Espinosa, famoso por sus novelas Si tu me dices ven lo dejo todo... pero dime ven o Todo lo que podríamos haber sido tu y yo si no fuéramos tú y yo.


De hecho estamos ante una adaptación de otra novela de Espinosa, El mundo amarillo, una singular obra de carácter autobiográfico, pues con solo 13 años al escritor tuvieron que amputarle una pierna, con 16 le extirparon un pulmón y con 18 parte del hígado, pasando casi toda su adolescencia ingresado en hospitales. Esta autenticidad se convierte en una de las bazas de la serie, ya que una historia de estas características puede caer fácilmente en el melodrama prefabricado, y de hechos a veces lo roza muy por encima.

Es este un hermoso canto a la amistad, sobre como plantarle cara a las adversidades que nos presenta la vida y seguir adelante. Las tramas son muy buenas, tristes en su mayoría, pero narradas siempre con un tono de optimismo y superación. Es también un ejemplo de que podemos hacer un producto digno y a la vez gustarle a un espectro de público suficientemente amplio para que sea rentable, algo que encaja con la filosofía del señor Spielberg, figura que personalmente aborrezco. Es decir, reconozco que dirige bien, pero esa manía de coger guiones de mierda hace que no me atraiga nada desde fuera, y ahí se crea una brecha insalvable de cara a la galería.

Tengo especiales ganas de que Pulseras Rojas arrase en Antena 3. Es fácil que guste, tiene todos los ingredientes para emocionar a los espectadores y quedarse en su corazón. Quiero demostrar a las cadenas que se puede hacer en España una serie "no vomitiva" sin que sea una ruina. Pasó en este mismo canal con la británica Downton Abbey: No se trataba de un culebrón, era minimamente compleja y arrasó en audiencia. Ojalá esto se repita de nuevo, y podamos demostrar otra vez que el público no es tonto, y que la televisión no está dando al espectador lo que quiere ver, sino lo que cree que quiere ver. 

Para moldear su historia, Espinosa sigue al pie de la letra el manual de como crear un drama, aderezado con motivos recurrentes en su obra y su experiencia personal. A diferencia de la mayoría de las series hospitalarias se centra en los pacientes y no en los médicos, lo que es todo un acierto. Vemos el mundo a través de los ojos de seis chicos ingresados por diferentes razones y que son, como se dice en la serie, los miembros que todo grupo de amigos debería tener: el líder, el co-líder, la chica, el listo, el guapo y el imprescindible. 

Los protagonistas se conocen y forjan amistad en la clínica en la que están obligados a convivir, creando un grupo conocido como los "Pulseras Rojas" o "Pulseras", en referencia al atuendo que debe llevar todo paciente en la muñeca tras una operación. Pronto se dan cuenta de que este es el mejor grupo que han tenido y tendrán nunca, y juntos se enfrentarán a las vicisitudes personales con las que se irá encontrando cada uno, relacionados con su enfermedad, su familia o sus debilidades interiores.

La serie, para que engañarnos, aunque le sobre sentimentalismo, es preciosa, y hará llorar a más de uno, sobre todo si sois un poco ñoños como yo. Las escenas musicales -aunque bonitas- con esa gran variedad de canciones en catalán, pecan de excesivas, e igual  con tres o cuatro en toda la temporada al cierre de los capítulos habría quedado mejor. Tiene detalles muy buenos, como que la voz en off que narra la historia sea la de un niño en coma, el imprescindible del grupo, o que cuando alguno de los otros pulseras está en quirófano se encuentren con el en su limbo particular. Me encanta Toni, un chaval que siempre dice lo que piensa, aunque sea políticamente incorrecto, y que con cada frase que suelta solo consigue que lo queramos más. 

Algunos deberían aprender de esta serie como cualquier tema se puede llevar a la ficción, lo que importa es el tratamiento. Se puede tener un personaje con anorexia, otro con una ligera deficiencia mental o alguien en estado vegetativo que se comunica a través del plano onírico sin sonar tópico, ridículo ni soez. La prometedora adaptación se emitirá en la ABC bajo el título Red Band Society. La directora y productora ejecutiva será Marta Kauffman, una de las creadoras de Friends, y estará producida por Dreamworks TV, filial con la que Spielberg ya ha dado luz verde a grandes series como United States of Tara o The Pacific, y otras no tan buenas como Falling Skies

Pulseras Rojas merece una oportunidad. Tiene muchas papeletas a encandilarte y con el tiempo tú también querrás formar parte de este grupo de amigos. 


1 comentario:

  1. estoy enganchadísima de Pulseras... no puedo esperar al siguiente lunes! esta requete bien hecha
    nadie se la debe perder!

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