jueves, 6 de diciembre de 2012

Revisando a Cortázar en Televisión Española

Estos últimos días me han entrado ganas de ponerme a leer de lleno a Julio Cortázar. No sé cual es la razón, supongo que es de esas cosas que te llegan por intuición o por casualidad y no tienes otra opción más que seguirlas porque es lo que en ese momento necesitas. Deduzco también de la nada que no había mejor manera de empezar que con la entrevista que Joaquin Soler Serrano realizó en el año 1977 dentro de su espacio a fondo (sí, el que tan bien parodió Buenafuente en sus últimas temporadas en La Sexta). Un valioso documento de dos horas de duración realizado siete años antes de la muerte del autor, con el grueso de su obra ya publicada.


Una vida solitaria

Al igual que con Woody Allen o Oscar Wilde, con este hombre me he preguntado como puedes conectar emocionalmente a un nivel tan alto con una persona que nació casi cien años antes que tú a miles de kilómetros, y con la que no compartes ningún referente histórico ni social. El escritor confirmó que siempre fue un solitario, pues prefería tener solo tres amigos con los que mantener una relación fraternal, lo que haría cualquier persona sensata. Rechazaba a toda la gente que decía tener muchos amigos que en realidad no lo eran, y dentro de él habitaba una dualidad entre Dr. Jekyll y Mr. Hyde, ya que aunque intentaba abrirse al mundo a veces le salía ese monstruo interior que lo llevaba a desear marcharse a casa a escuchar un disco en lugar de hablar con la persona con la que estaba reunido. 

Cortázar era capaz de pasar grandes ratos solo,  al principio consideraba una recompensa que lo dejasen en paz, aunque a veces empezaba a salpicarle de un ligero sentimiento de culpa.  En cierto momento también destacó como muchos de sus colegas empezaron a publicar con solo veinte años su primer libro y después se arrepintieron. No se trataba de pulir el estilo de forma milimétrica, pero sí de esperar a que lo que alcanzaras no tuviese fallos muy graves. Él no fue precoz en la edición, aunque sí en la escritura, pues publicó por primera vez con 25 años. Como toda persona con talento artístico, empezó de muy joven escribiendo una novela con nueve años, algo muy lacrimoso donde al final morían todos. Su madre le preguntó si de verdad ese manuscrito lo había hecho él, porque era difícil de creer.  Ese fue, junto con el descubrimiento de la muerte, uno de los primeros dolores y desengaños a los que se tuvo que enfrentar.   

Los dioses del narrador argentino estaban en la tierra. Le apasionaban músicos como Louis Armstrong o Charlie Parker, que aparece personificado en su cuento El perseguidor. Durante toda la entrevista se hace un repaso exhaustivo de toda la obra de Cortázar, con una personal incidencia en relatos como Casa Tomada y su espléndida gestación. Julio tuvo un sueño en el que aparecía con miembros de su familia, y nada más despertar escribió del tirón todo el cuento sustituyendo a sus personajes por los dos hermanos. No creo que yo sea el único, ¿acaso no habéis sentido todos alguna vez la necesidad de anotar vuestros sueños nada más despertar por miedo a que se os olvide a lo largo del día eso que tan bien refleja el estado vital por el que estáis pasando?

Cortázar y el problema de la realidad

Cortázar es sinónimo de rebeldía, de degradar el esteticismo de la literatura clásica (a la que respeta y admira, todo hay que decir). Un intento de despojar a sus letras de todo lo demasiado serio y solemne o de la artificiosidad del lenguaje, lo que harían también algunos autores del realismo sucio como Raymond Carver o Charles Bukowski, (de los que era confeso seguidor entre otros uno de los mayores discípulos de Cortázar, Roberto Bolaño). Él sentía que si tienes una cosa que decir y no la dices con el lenguaje que tiene que ser expresada, de alguna manera no la dices o la dices mal. El estilo no es una cuestión de nivel de escritura. 

Serrano y Cortázar estaban de acuerdo en que un autor no podía quedarse en el análisis superficial de la realidad que haría cualquier lector, sino que debería ver la otra cara, lo que hay entre las cosas. El poeta busca el otro lado de las cosas, no se conforma con este lado. Me llamó especialmente la atención la interpretación que hace del mito de Ariadna y el Minotauro: la criatura mitológica sería el poeta incomprendido que busca el otro lado, rechazado por esa sociedad que a veces los encierra en manicomnios y otras en laberintos (la metáfora del laberinto es recurrente en la obra de Cortázar). Mientras, Teseo viene enviado por el rey Minos para ser el representante del orden establecido. En su caso personal, si lo que Cortázar había escrito podía haber enseñado a alguien a ver el otro lado, no podía encontrar mayor elogio. 

Las ideas de Cortázar sobre el realismo y el surrealismo le parecían al entrevistador totalmente lúcidas. El autor aseguraba que de lúcido nada. Sus cuentos de Bestiario principiaban el género fantástico, pero según una concepción particular suya. Al leer a Julio Verne, lo que algunos consideraban demasiado fantástico a él le parecía perfectamente posible en los límites del libro, coherente a nivel humano. Él funcionaba por intuición, no podía salir del razonamiento abstracto para escribir un artículo de análisis pragmáticos basados en causas y consecuencias. Cuando intentaba escribir ensayo se encontraba perdido, porque no era un hombre de ideas, y seguramente podría expresar mejor lo que era el fascismo o el socialismo en un cuento irracional que en una columna periodística. Creo que lo de este hombre es algo más de conectar emocional y visceralmente que de estudiar de forma ordenada y taxonómica en una universidad.

Julio Cortázar reconocía no ser nada disciplinado, no solo en literatura sino en cualquier trabajo de los que desempeñó en su vida. El cuento a veces ya está escrito, es como si alguien se lo dictase, solo necesita terminarlo cuando tenga un momento. Era incapaz de marcarse un horario, las ideas le venían y se iban. Por ejemplo, con el final de Rayuela llegó a estar tan atrapado que no sabía cuando era de día y cuando noche, siendo su mujer la que  le dijese que debía comer o irse a dormir. Esta novela, además, nacía de una actitud inconformista que pretendía que el lector dejase de ser un elemento pasivo y tomase decisiones, al igual que hacía el creativo durante el proceso de escritura.  

Es realmente recomendable leer a gente que es capaz de sugestionar tanto de forma tan continua e intensa. Si alguien quiere verla, os aseguro que se pasa muy rápido. 




Archivo fotográfico ⎪  rtve.es,  YouTube.com
         

3 comentarios:

  1. é algo fóra do normal.
    cortázar consigue sempre que o lector se sinta conectado con el. é incríble como todo o mundo, ao ler algo do que escribira cortázar, pense: isto podería escribilo eu.
    a min tamén me pasa, pero xa sei que, en realidade, o que escribiu cortázar só podía escribilo el.
    por moito que nos doia.

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    1. A min iso que dis pásame co Bichicoming.

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    2. XD normal... en realidade eu son o "negro" de cortázar... o que pasa é que a miña imaxe non vendía.

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