Revenge fue uno de los bombazos de la pasada temporada, aunque ninguno lo esperara y algunos aún no se lo crean. Son muchos los seriéfilos que se han sentido atrapados por la trama de esta producción de ABC. Yo la dejé por aburrida a mitad de temporada. Y es que habiendo tantas para elegir esta no me parecía nada del otro mundo. Pare de su éxito se debe (para bien o para mal) en que es un culebrón de los de toda la vida pero ahora mismo y al estilo americano. Un Dallas, un Falcon Crest o un serial venezolano pero semanal, en prime time, con formato de 40 minutos y cliffhangers a punta pala con la intención de no dejar respirar al espectador.
La de las zorronas
Algunos la han definido como un remake de El Conde de Montecristo, y les doy mi enhorabuena por tenerlos tan cuadrados. Tampoco hay que pasarse, la similitud que hay entre la obra de Alexandre Dumas y esta serie es que en ambas hay un personaje que regresa a su lugar de origen sin que nadie lo reconozca para llevar a cabo un elaborado plan de venganza. Si seguimos esa regla Gran Hermano es una revisión de El ángel exterminador de Buñuel, solo que sin el final Así Amanda Clarke, ahora bajo el nombre de Emily Thorne, regresa a The Hamptons para vengarse de los responsables de que su padre fuese injustamente juzgado por causar un ataque terrorista. Por cierto, no puedo evitar mencionar a Dumas sin acordarme de esta canción, así que ahí va. Que la disfrutéis.
David Clarke fue juzgado por traición a la patria y encerrado en prisión, donde murió. La misma gente que planeó su destino procuró también que Amanda ingresara en un centro de detención juvenil. Ahora ha comprado la casa donde vivía de pequeña y bajo su nueva identidad deberá encargarse de que todas las personas implicadas en la conspiración las pasen bien putas. Esto le daba un toque procedimental en sus inicios, cuando cada capítulo se centraba en la "venganza de la semana", que poco a poco fue perdiendo para centrarse en los personajes principales y sus líos , a pesar de que aún quedaban muchos nombres de la lista por tachar. Y a partir de ahí mejoró bastante, también hay que decirlo.
El plan de Emily gira en torno al matrimonio Grayson, los verdaderos artífices de todo el asunto y máximas autoridades sociales de la villa, por definirlos de algún modo. Conrad Grayson estaba blanqueando el dinero de grupos terroristas donde murieron ciudadanos inocentes del vuelo 197. Como necesitaba una cabeza de turco eligió a Clarke, amante de su esposa Victoria, lo que es bien recordado por Amanda (bueno, Emily) en los valiosos flashbacks que nos regala sobre su infancia. Victoria Grayson, la imponente Madeleine Stowe, será la némesis de Emily, el personaje con mayor fuerza dramática del conjunto y el que (por razones que no alcanzo del todo a comprender) deja maravillados a todos los que la siguen.
Un amigo me dijo que su madre, con toda su bendita inocencia, había renombrado a esta serie como la de las zorronas. Y es que como buen culebrón que se precie, no pueden faltar las encarnizadas disputas dialécticas entre los personajes femeninos. También es obvio que las actitudes están muy polarizadas: hay excepciones, pero lo normal es que conectes con la protagonista y odies a la mala malísima. Por otra parte tienes a un montón de chicas y chicos guapos desfilando en pantalla y mucho odio, traición y conspiración. Un cóctel explosivo para amenizar las noches de Domingo del espectador medio.
Revenge retrata a la perfección ese ambiente de lujo y ostentación que representa el pueblo de Los Hamptons. Una sociedad superficial, vacía e impersonal que a veces intenta ridiculizar, pero que la mayor parte del tiempo solo trata de mostrar de forma meramente escópica para nuestro deleite visual. Nos gusta ver grande mansiones, coches y gente que usa los billetes como papel higiénico pero que no para de sacarse de la manga absurdos conflictos personales absolutamente divertidos. Es una serie muy simple y fácil de seguir que podría ser un buen sustituto del tema de conversación en la hora del café.
La serie no es asquerosa gracias a unas interpretaciones decentes (exceptuando a la cara de estropajo protagonista y su novio por conveniencia Daniel) y unas historias que no se dedican a transcribir el tópico más trillado, aunque se acerquen en muchas ocasiones. Una propuesta honesta y autoconsciente que nunc vende lo que no es (a diferencia del fracaso de Sarah Michelle Gellar con Ringer) enfocada a un target preferentemente femenino pero que cualquiera puede disfrutar. Así que no le deis más vueltas y preparaos para la venganza.
Archivo fotográfico ⎪ hdfreewallpapers.com
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