martes, 12 de marzo de 2013

Banned from TV: hasta donde soportamos la violencia

En este enlace podéis acceder a Banned from TV, un shockumentary que dirigió Joe Francis en 1998 a base de recopilar escenas reales bastante crudas que muestran situaciones de violencia explícita y muertes que por azares del destino ocurrieron en presencia de una cámara. En 1 hora y 48 minutos podemos encontrar accidentes de globo, atracos a mano armada, persecuciones policiales, conflictos vecinales, riadas, colisiones en carretera, un extra de cine muerto durante un rodaje en Argentina,  hundimientos de barcos, secuestros con rehenes y hasta ejecuciones a sangre fría en poblaciones guatemaltecas y mexicanas. La versión hipervitaminada del típico programa Impacto TV o Impacto Total o como se llame.

A pesar de que el título significa literalmente censurado de la televisión, en realidad fue emitido originalmente en el canal de ámbito europeo Reality TV, y más adelante por otros asiáticos y europeos. Después de varios años trabajando en esta cadena, Francis decidió reunir clips que habían sido rechazados de distintos programas y crear así un producto llamativo que fuese transmitido directamente al público. Las críticas no fueron muy entusiastas: algunos lo acusaron de que parte de la información sobre localizaciones geográficas no era correcta, y otros programas incluso llegaron a demostrar que algunos de los acontecimientos no ocurrieron tal como relata la voz del narrador.


Esto poco debió importarle al bueno de Joe, pues Banned from TV se convirtió en un éxito instantáneo, propiciando la aparición de dos secuelas y convirtiendo a su creador en millonario con solo 24 años. Como curiosidad, un breve fragmento que seleccionó para la primera parte incluye a jóvenes estudiantes de secundaria mostrando sus partes censurables en actos festivos como el Mardi Gras o el Festival de Primavera. Aquí Francis se topó con la rentable idea de realizar vídeos en el que colegialas enseñaran sus tetas ante la cámara que él más tarde distribuiría directamente al consumidor y que se materializaría en la célebre franquicia Girls Gone Wild, la cual todos los que os mováis un poco por el submundo más perverso de internet habréis conocido (y disfrutado) de sobra. 

A mí realmente no me ha sorprendido. Creo que todos hemos visto imágenes similares  o incluso peores a lo largo de nuestra vida, lo que me lleva a plantearme una cuestión ¿tantos años de consumir violencia en la pantalla nos han hecho insensibles ante ella? ¿es eso lo que ocurre o simplemente el documental es muy flojo? Nuestros padres y nuestro abuelos vivieron guerras y momentos de enfermedad y dolor. Nosotros, supuestamente educados en épocas de paz y en un estado de bienestar, estamos tan acostumbrados a presenciar cadáveres y desmembramientos en el informativo de las tres de la tarde que casi lo pasamos bien viéndolos. Yo no tengo la respuesta, no me decanto hacia una ni hacia otra posición. Pero como único dato dejo que el citado documental está catalogado como producto televisivo de entretenimiento.

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