martes, 1 de enero de 2013

El infierno del fin de año televisivo

Llega la Nochevieja y con ella el mal humor, los celos y la euforia. Lamentos por los propósitos no alcanzados en el último año y borradores de otros nuevos que con ansia esperamos cumplir en los próximos doce meses pero que desgraciadamente tampoco se llevarán nunca a cabo. Tempestades y reencuentros familiares  alterados, fiestas en locales atestados de gente y bullicio hasta bien entrada la mañana. La última noche es tan irracional, compleja y amenazadora como el resto del año. Como siempre la televisión está ahí para proporcionar acompañamiento sonoro a esas familias que, tras años de conocerse y amarse, no saben que decir mientras mastican un langostino.

La programación de Nochevieja suele ser de una calidad bastante dolorosa para la vista. Como buena tradición, los especiales musicales grabados un mes antes con artistas como David Civera no podían faltar hasta altas horas de la madrugada en las principales cadenas generalistas. En Telecinco había un show con Paz Padilla del que no vi nada, pero que me imagino que sería espléndido, como todo lo que hace esa señora. Televisión Española, tras la marcha de José Mota a Mediaset, ha preparado un infumable programa de sketches con Josema Yuste. No viví la época de Martes y Trece, así que me abstendré de criticarlo, pero todos los proyectos recientes que he visto de este cómico me parecen insoportables.Y admito que Mota no me encanta tampoco. Cruz y Raya no me gustó nunca, y una vez que conseguí conectar con el estilo de La hora de José Mota tengo que reconocer que del Semanal solo me gustaban algunos sketchs sueltos (es un programa muy largo y hay bastante relleno), y en las dos primeras temporadas, es un estilo que se quema muy rápido. Es decir, puedes crear un personaje con una forma particular de hablar y basar en eso el 90% de tu humor, pero cuando llevas ocho o nueve años explotando ese gag sin cambiar nada igual empezamos a cansarnos. 


Pero si hay un producto que consiguió elevar la media de calidad de la televisión y del humor en España, esos son los especiales de fin de año de José Mota. Aquellas piezas (parodiando cintas como Pulp fiction, Que bello es vivir o Se7en) eran auténticas películas mordaces, irónicas y sobre todo muy graciosas. Ni en su estilo de grabación ni en su contenido parece haberse inspirado los responsables del despropósito de este año (del que solo pude aguantar cinco minutos, menos mal que en casa me cedieron el mando), basado en tópicos trillados y en esa casposería más propia de Los Morancos o la factoría José Luis Moreno que de una generación crítica, moderna y actual. Cuando al final de la noche vi un fragmento de las campanadas de Imanol Arias y Anne Igartiburu, noté además un tono demasiado clásico en sus peinados y en su aspecto en general. Que el nuevo Gobierno está intentando llevar a la catástrofe a la televisión pública lo podíamos intuir con las destituciones y cambios de dirección que tomó este verano, pero ahora es un hecho consumado. Todo signo de modernidad sigue el camino del exterminio. Atentos, porque este 2013 seguramente sea el año en el que TVE regrese por fin a la década de los 60.

Las Campanadas oficialmente las vi en Telecinco, donde los anfitriones fueron tres actores de La que se avecina, que estuvieron en pantalla de manera simultánea en todos los canales de Mediaset a excepción de Boing. Otro espectáculo bastante bochornoso, pues se dedicaron a interpretar a sus personajes llevándolos hasta el extremo. Y no el extremo interesante o gracioso, sino repitiendo las expresiones más coreadas por los seguidores acérrimos de la serie con un pequeño teatro totalmente improvisado en el que no se adivinaba mucho guión. Menos mal que en Cuatro emitieron una edición navideña inédita del concurso callejero de Juanra Bonet y en La Sexta una recopilación de las mejores aventuras del chef Alberto Chicote, posiblemente los formatos más frescos que nos han sorprendido este año. Por hacer otra mención positiva, en La 2 pudimos ver a la hora de las uvas una curiosa iniciativa mediante la que la gente podía enviar en vídeo sus felicitaciones para el nuevo año, casi todas dirigidas a que saliéramos de la crisis y a que los políticos dejaran de jodernos. Que alguien diga eso en esa cadena ya es un logro.


Una ventaja para los que residieran en la Comunidad Gallega es que pudieron disfrutar de una retransmisión de las campanadas de antología, pues la autonómica privada Vtelevision (perteneciente al grupo de comunicación del diario escrito La Voz de Galicia) decidió encargar tan ilustre tarea a Cañita Brava, la estrella de Crónicas Marcianas y del cine de Santiago Segura que ya colabora con ellos habitualmente en una especie de informativo humorístico que tienen en antena. Solo vi un fragmento muy breve, pero el resultado prometía tan descabellado como prescindible.  


Archivo fotográfico ⎪  gif.tv,  img.irtve.es,  antena3.com,  telecinco.es,  lasexta.com,  media.lavozdegalicia.es

      

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