666 Park Avenue
666 Park Avenue era para muchos el estreno más esperado de la temporada, aunque sabíamos que su creación llegaba tras la estela dejada por American Horror Story, y de que ya hemos lidiado cien mil veces en el cine y la televisión con temas de espíritus, lugares encantados, profecías y misterios ancestrales. La serie tiene un inicio muy a lo El resplandor, con la protagonista Jane y su marido Henry llegando al antiguo edificio situado en el 999 de Park Avenue para ejercer de administradores, un lugar donde desde el primer minuto sabemos que cosas horribles y sobrenaturales están ocurriendo.
Uno de los principales atractivos de la serie es contar con Terry O'Quinn (John Locke en Lost) que nos deleita con el personaje de Gavin Doran, oscuro maestro de ceremonias del complejo. Gavin parece tener un extraño poder ligado al edificio, estableciendo una serie de tratos con los inquilinos para salvar su vida o la de sus seres queridos, los cuales deben ser cumplidos si no quieren que el inmueble se apodere de su alma. Jane no sabe donde se ha metido, pues una vez que entras en Park Avenue no puedes salir.
El episodio tiene algunos fallos de guión bastante gordos, como el casual y repentino interés de la protagonista en ponerse a investigar el pasado del edificio, pero en general es simplemente correcto. Y cuando un estreno que pretend sorprender es correcto, solo pasable, algo va mal. No hay nada en estos cuarenta minutos qe no podamos encontrar en un telefilm de domingo por la tarde. Narrativamente, al menos AHS innovaba un poco. Sin apresurarnos tampoco, no queda más remedio que reservar nuestro veredicto hasta mitad de temporada.
Partners
El principal acierto de Partners es que solo dura dieciocho minutos. Sus errores, todo lo demás. Los protagonistas son dos amigos de la infancia, uno hetero y otro homosexual, que además son socios de su propio despacho de arquitectura. Despacho en el que, como buena serie americana, los ordenadores son Mac. No tengo nada contra estos aparatos, pero he tenido algún econtronazo con usuarios bastante repelentes de los productos manzana. A estos dos personajes los acompañan sus respectivas parejas, la chica mona de la pandilla y un enfermero cuyo novio preferiría que fuese médico.
Por supuesto no falta la típica situación en el que un personaje estaba a punto de decir algo a otro, y cuando el segundo se adelanta debe cambiar todo su discurso para expresar justo lo contrario de lo que plaenaba. Ni un solo chiste bueno en todo el episodio. No es exagerada o inverosímil, no tiene un tono ridículo ni sale gente gritando, pero aburre a los muertos, no aporta nada nuevo y no hace ni pizca de gracia. Totalmente prescindible y una cancelación casi segura.
Vegas
Estoy de acuerdo en lo de que como serie histórica Vegas está más cerca de Mad Men o Boardwalk Empire que de la verdulería de Pan Am, aunque ni sueñe con acercarse a la factura visual de ninguna de las dos. Ambientado en los años 60, y a caballo entre el western y el drama mafioso, se inspira en la vida real de Ralph Lamb, un antiguo policía de Las Vegas llevado la pantalla por Dennis Quaid y cuya principal preocupación es cuidar de su rancho sin que le molesten los aviones, para lo que deberá investigar el asesinato del empleado de un casino. Esto será el inicio de la guerra entre Lamb y Michael Savino, un gángster que controla la ciudad.
La serie cuenta con un amplio surtido de secundarios que pueden ser muy explotados pero no, no es un Falcon Crest adornado. De hecho no exagero si digo que Vegas es de lo más refrescante que he visto este año en televisión. No hay un solo diálogo mal colocado, no hay plano que falte ni sobre y posee un ritmo envidiable. Se respira de pincipio a fin el aroma a serie bien hecha. Es cierto que a la trama le cuesta arrancar, han preferido darle un tono pausado que yo creo que beneficia a la serie, pero en cuanto te haces con todos los personajes invita a seguir viéndola, que es lo que de verdad necesita una serie.
Ben and Kate es esa serie de Fox que quería haber visto ya hace tiempo. Lo de esta comedia es curioso, pues empieza muy tópica (demasiado para mi gusto) para acabar demostrando que no es tan mala como parecía. Nos cuenta la vida de dos hermanos inseparables, con diferencias pero que se quieren. Kate se quedó embaraza muy joven, y desde que nació su hija solo ha saltado de cita en cita sin llegar a alcanzar nada destacable en cinco años. El alocado e inconsciente Ben hace tiempo que abandonó la ciudad a la que regresa de forma esporádica cuando necesita la ayuda de su hermana.
El piloto se articula en torno a una de estas llegadas sorpresas de Ben y a los problemas a los cuales han de hacer frente ambos hermanos. Él, impedir que la chica a la que ama se case con otro. Ella, conseguir que su nuevo ligue esta vez sí que salga adelante. Los gags son como a mí me gustan, no tan hilarantes pero sí efectivos, con juegos de palabras y cambios de roles entre personajes. Hay un par de situaciones alocadas, sobre todo la del final, que deja con ganas de más. La historia no deja de ser un hermoso canto fraternal buenrollista y de amor... pero con unos personajes así de carismáticos se puede hacer algo bien bueno.
La serie cuenta con un amplio surtido de secundarios que pueden ser muy explotados pero no, no es un Falcon Crest adornado. De hecho no exagero si digo que Vegas es de lo más refrescante que he visto este año en televisión. No hay un solo diálogo mal colocado, no hay plano que falte ni sobre y posee un ritmo envidiable. Se respira de pincipio a fin el aroma a serie bien hecha. Es cierto que a la trama le cuesta arrancar, han preferido darle un tono pausado que yo creo que beneficia a la serie, pero en cuanto te haces con todos los personajes invita a seguir viéndola, que es lo que de verdad necesita una serie.
Ben and Kate
Ben and Kate es esa serie de Fox que quería haber visto ya hace tiempo. Lo de esta comedia es curioso, pues empieza muy tópica (demasiado para mi gusto) para acabar demostrando que no es tan mala como parecía. Nos cuenta la vida de dos hermanos inseparables, con diferencias pero que se quieren. Kate se quedó embaraza muy joven, y desde que nació su hija solo ha saltado de cita en cita sin llegar a alcanzar nada destacable en cinco años. El alocado e inconsciente Ben hace tiempo que abandonó la ciudad a la que regresa de forma esporádica cuando necesita la ayuda de su hermana.
El piloto se articula en torno a una de estas llegadas sorpresas de Ben y a los problemas a los cuales han de hacer frente ambos hermanos. Él, impedir que la chica a la que ama se case con otro. Ella, conseguir que su nuevo ligue esta vez sí que salga adelante. Los gags son como a mí me gustan, no tan hilarantes pero sí efectivos, con juegos de palabras y cambios de roles entre personajes. Hay un par de situaciones alocadas, sobre todo la del final, que deja con ganas de más. La historia no deja de ser un hermoso canto fraternal buenrollista y de amor... pero con unos personajes así de carismáticos se puede hacer algo bien bueno.
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