Televisión e internet son dos medios que se retroalimentan constantemente pero cuyas diferencias resultan a veces insalvables. No es de extrañar que ante la fuga del público juvenil -uno de los grupos demográficos más ricos en el consumo publicitario- hacia el universo 2.0. las cadenas estén realizando cada vez más esfuerzos para que la confluencia entre distintas pantallas sea una realidad. Ya casi no queda espacio en la parrilla nacional que no vaya acompañado de su correspondiente Hashtag, estrategia que está empezando a quedar obsoleta por su masificación y que no pretende otra cosa que fidelizar nuevos espectadores.El reto ahora mismo para las empresas de comunicación pasa por la creación de productos transmedia, asignatura todavía pendiente para ellas debido a la enorme dificultad de obtener rentabilidad jugando en un terreno que muchas desconocen. Con En el Aire pudimos comprobar que tubo catódico y redes son dos realidades en la que los tiempos se miden a un ritmo muy diferente, por lo que si intentamos trasladar los contenidos de uno a otro posiblemente acabemos fracasando: cuando se intenta mostrar en un magazine nocturno un meme como el del anuncio de la lotería o el relaxing cup of café con leche es posible que el chiste ya haya perdido toda su efectividad debido a la constante e invasiva repetición a la que ha sido sometido online.
No han faltado aún así proyectos que intentaban lanzarse a la piscina. La 2 de Televisión Española siempre ha sido, con mayor o menor fortuna, bastante proclive a este tipo de propuestas. En nuestra memoria permanecerá La Nube, aquel espacio de Toni Garrido que entre sus secciones albergaba una tertulia que empezaba en el televisor pero continuaba en streaming a través de su web. Este último año la segunda cadena pública ha optado por una estrategia tan acertada como necesaria: seleccionar artistas y creadores que se hayan ganado una reputación y cuenten con una estimable legión de seguidores en la red ofreciéndoles la oportunidad de participar en nuevos espacios. Como seguidor de muchas de estas personalidades ya comenté en su día lo mucho que me ilusionó la aparición de Torres y Reyes, el primer recoveco de la pequeña pantalla en dar voz a las mejores personalidades emergentes de la nueva comedia española llegada desde internet como Mierdecitas, Venga Monjas, El Hematocrítico, Los Pioneros del Siglo XXI o Néstor F. Y, al menos conmigo, la estrategia funcionó.
Un hype similar apareció cuando desde La 2 anunciaron su nuevo proyecto... ¡Por fin un programa con Loulogio!, pensé en ese momento. El creador de la Batamanta, el Pajilleitor Plus, Anselmo el Ñordo Humano y La Mejor escena de Ninjas de la historia del cine... sus doblajes humorísticos, parodias y sketches realizados tanto en su célebre canal de Youtube como en el late show online Visto lo Visto me han sacado algunas de las más sonoras carcajadas que he experimentado nunca. La segunda cadena de Televisión Española se ha lanzado a realizar una experiencia pionera encargando un espacio a tres youtubers (videobloggers cuyas creaciones congregan un número mayor de seguidores que los de algunos programas de prime time) para comandar un experimento transmedia pionero en nuestra televisión. Precisamente el mismo Lou ya ha participado este año en otra iniciativa televisiva puramente transmedia. Corría a cargo de la catalana TV3, una de las televisiones europeas más premiadas por su inversión en innovación y en tecnología, y se llamaba Etiquetats. Era una traslación del Visto lo Visto -que se hacía desde un teatro- a un formato puramente televisivo, con la única particularidad de que se emitía exclusivamente por la web de la cadena y contaba también con la baza del gran número de espectadores nativos digitales que los vloggers participantes podían arrastrar.
Fiesta Suprema es el titulo del espacio que desde el día de ayer podemos ver en el canal de lunes a jueves a las 21:30. Es un magazine de humor, entretenimiento y cultura pop muy conectado con las nuevas tecnologías y preocupado por la realidad del momento cuya idea era que se viviese de manera simultánea en varias pantallas. Los capitanes de la nave son mi querido barbudo, la canaria Bolli (otra recurrente del Visto lo visto y parte del dúo Tigretón y Bolli, famosas por hablar de su lesbianismo) y Roc, uno de los impulsores de Outconsumer. Junto al monologuista Javi Sancho los acompaña en plató Enzo Vizcaíno, aquel periodista en paro que se hizo popular al subir un video en el cual cantaba su Curriculum Vitae, gracias al que consiguió que el programa Así nos va de La Sexta lo fichase como guionista. Tras protagonizar un vídeo en Torres y Reyes, repite como guionista en este magazine donde también aparecerá ocasionalmente en pantalla. El programa se graba en los estudios de TVE en San Cugat y está producido por Zoopa, productora catalana participada por Santi Millán que hace más de dos años ya había intentado llevar a cabo el salto de Loulogio a la televisión y que se encarga de gestionar sus exitosos monólogos en teatro.
Lamentablemente, esta prometedora idea contaba con el riesgo propio al que se enfrenta todo el que intenta mezclar la contracultura (la anarquía de internet) con las instituciones del poder establecidas (la televisión pública) ¿Os imagináis a Jimi Hendrix tocando en el despacho Oval después de sacarse una foto abrazando al presidente? Nos hemos encontrado con un Loulogio y un Outconsumer venidos a menos, casi opuestos a la ideología de sus respectivos canales, coartados y censurados por encontrarse en la tele de verdad. Es cierto que ha habido ciertos momentos de humor brillante, como el lanzamiento paródico de varios hashtags a la vez, las conversaciones de whatsapp entre personajes históricos o los hilarantes por desautomatizadores pequeños chistes de Sancho, pero la mayor parte ha sido un despropósito. Muchas secciones condensadas en muy poco tiempo, sin pulir y sin un objetivo claro, aderezadas con bromas de vergüenza ajena, chistes sin gracia y reportajes que evidenciaban la falta de ingenio de un guión lleno de tópicos.
Como consecuencia el público se ha sentido en general decepcionado con esta primera entrega, desastrosa en todos los sentidos. A los seguidores de estas personas les ha sentado muy mal lo desubicados que se encontraban y la baja calidad del producto en general. Fue un fracaso en audiencia pero muy seguido en redes sociales, figurando #FiestaSuprema y #BarbudoFreeStyle entre los principales trendig topic durante la emisión. Salvables eran algunos doblajes de Lou e ideas como la de seleccionar videos de youtube con pocas visitas y convertirlos en virales pueden dar mucho juego, pero la ejecución falla tanto en su intento de divulgar contenidos culturales amenos como en el de proporcionar un humor descacharrante. Mucho tendría que mejorar en sucesivas semanas para poder recomendar esta Fiesta Suprema, pero lo más probable es que los principales aciertos del formato lleguen si este se hace popular entre los internautas y empieza a mostrar contenido que haya sido generado en la red por los televidentes.
La multipantalla y el transmedia son conceptos todavía por explorar, y no seré yo quien diga que la convergencia y la búsqueda de nuevas vías para la creación y distribución de productos audiovisuales no es un camino que debamos seguir, básicamente porque sería estar en contra de lo evidente y del progreso, pero no creo que la manera de hacerlo sea dando palos de ciego y vendiendo como interactivo o 2.0. algo que realmente no le interesa a nadie. Contar con gente talentosa como Loulogio o Javi Sancho aunque sea haciendo el pinopuente siempre será bien recibido en contraste con la marea de basura que inunda nuestras pantallas, pero esta nueva apuesta demuestra que aún queda demasiado camino por recorrer.
Quizá la solución no esté en la búsqueda de nuevas formas de arrastrar internet a la televisión, sino en establecer -por utópico que parezca- un nuevo modelo de negocio en la red contando con profesionales que no estén viciados por las mecánicas catódicas y tengan ideas e ilusión para empezar desde cero. Ahora solo roguemos para que el demiurgo que ordena el universo lleve a los youtubers al único lugar en donde tienen gracia: a Youtube.
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