domingo, 17 de noviembre de 2013

Recomendación de serie: Mom


Pequeñas dosis de entretenimiento ligero, efectivo y de desengrase es lo que encontramos en las comedias de Chuck Lorre, alguien que siempre levanta unas expectativas no demasiado altas pero que luego cumple sin que podamos reprocharle nada proporcionando un divertimento ideal para visionar muy de vez en cuando y en ratos muertos. Es algo que entenderán perfectamente los fieles seguidores de The Big Bang Theory y Dos Hombres y Medio. En Mom, su último encargo para la CBS, el cameo de Jon Cryer durante los primeros minutos del episodio piloto parece definir a la perfección la condición del producto que vamos a ver, del público al que está destinado y del por qué de su existencia. 

Anna Faris es Christy, una madre soltera que tuvo a su primera hija cuando era adolescente y ahora es una alcohólica en pleno proceso de recuperación que tras echar la vista atrás siente que solo puede considerarse a si misma una fracasada. Nunca pudo completar sus estudios y se vio obligada a trabajar como camarera de un restaurante para mantener a sus dos hijos, y ahora se tendrá que enfrentar al hecho de que la mayor, Violet, parece condenada a repetir todos sus errores cuando descubra que está embarazada de su novio. No os sugestionéis por lo tópico que pueda resultar el argumento, sobre todo cuando ya sabemos a lo que venimos. 

Estamos ante un juego de espejos de tres generaciones. El modelo a seguir que tuvo esta mujer en su vida fue su madre -de conducta tambien bastante alegre y libertina- Bonnie, una brutal Alison Janney (suyo es también un delicioso papel secundario en Masters of Sex). Después de dos años sin hablarse, esta aparece de repente en sus reuniones de alcohólicos anónimos y Christy decide perdonarla por todo el tiempo en el que no estuvo ahí para ella, con la esperanza de que su propia hija vea su ejemplo y la perdone por haber cometido el mismo error.

El reparto se completa con el menor de la familia, Roscoe, su padre Baxter (Matt Jones, rostro conocido ya que no es otro que Badger, el inseparabale colega de Jesse Pinkman en Breaking Bad) y el jefe de la protagonista, con quien mantiene una relación secreta pese a estar este casado y sin miras de abandonar a su mujer . Como toda serie de Lorre, basa su fuerza en el ingenio y originalidad de unos diálogos francamente buenos, dotando a la serie de los ingredientes necesarios para una sitcom clásica lenguaraz y desinhibida. Carente de cualquier tipo de novedad estructural, aún así desprende ese aroma relajante y de extraño efecto terapeútico capaz de generar alguna sonrisa inocente incluso en el espectador más curtido.            
      

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