El cineasta Fernando Trueba hizo historia este año al llamar en público 'gilipollas' a James Bond y Spiderman. Insultar a personajes de ficción en lugar de descalificar las obras en las que estos aparecen podría convertirse en una buena alternativa para no tener que descargar nuestra propia frustración sobre personas reales. Si la industria del cine español sigue pecando de una mentalidad tan cerrada como la del autor de Belle Epoque posiblemente nunca se llegue a materializar el guión que escribí con catorce años en el que Iron Man es un millonario del Frente Popular que utiliza todo su patrimonio para aniquilar a los carlistas.
Quejarse de la sobreabundancia de películas sobre la Guerra Civil Española es ya un tópico que no por reiterado deja de ser cierto. Ahora es el escritor David Simon -creador de The Wire, Treme y Generation Kill- quien ha aprovechado su visita a España para anunciar que entre sus deseos se encuentra el de hacer una serie sobre el conflicto bélico y la posterior dictadura, tras la cual los españoles hemos sufrido "una especie de amnesia nacional".
Simon pretende trasladar su fina disección de las cloacas del extrarradio americano a las que durante el siglo pasado fueron (y por lo que parece siguen siendo) el principal signo de identidad de la Marca España. No puedo evitar esbozar una sonrisa cuando leo que su idea es contar algunos secretos que se han ido tapando desde entonces. Cuando uno conoce aunque sea un poco este país se da cuenta de que hay demasiadas personas a las que revolver en "ese cubo de mierda" no les parece una buena idea. Como si tuviesen que proteger los errores de sus predecesores. Como si fuesen los continuadores naturales de su legado.
Simon pretende trasladar su fina disección de las cloacas del extrarradio americano a las que durante el siglo pasado fueron (y por lo que parece siguen siendo) el principal signo de identidad de la Marca España. No puedo evitar esbozar una sonrisa cuando leo que su idea es contar algunos secretos que se han ido tapando desde entonces. Cuando uno conoce aunque sea un poco este país se da cuenta de que hay demasiadas personas a las que revolver en "ese cubo de mierda" no les parece una buena idea. Como si tuviesen que proteger los errores de sus predecesores. Como si fuesen los continuadores naturales de su legado.
Si algo irriga toda la actividad creativa de David Simon es su vocación periodística, pues este comenzó como reportero en un diario local de la ciudad de Baltimore antes de radiografiarla en televisión. Su primera serie para la HBO fue alabada por su realismo extremo, por una recreación extremadamente documentada de todo lo que allí se narraba. Tras haber viajado a la Nueva Orleans devastada por el Huracán Katrina en su minusvalorada Treme, ahora acaba de embarcarse en otro proyecto sobre la historia de la CIA también basado en hechos reales.
Si esta nueva idea finalmente se lleva a cabo no me cabe ninguna duda de que lo hará con la intención de revelar algo que no sabemos, de exponer sin tapujos y de forma directa esas zonas oscuras que nunca hemos sido capaces de clarificar. Lo intentó Jordi Évole con no muy buenos resultados en ese áspero programa dedicado la memoria histórica que realizó en 2011, meses antes de que el suyo se convirtiera en un culto de masas. Quien sabe si tiene que venir uno de los mayores creadores audiovisuales de este siglo para lograrlo.
Si esta nueva idea finalmente se lleva a cabo no me cabe ninguna duda de que lo hará con la intención de revelar algo que no sabemos, de exponer sin tapujos y de forma directa esas zonas oscuras que nunca hemos sido capaces de clarificar. Lo intentó Jordi Évole con no muy buenos resultados en ese áspero programa dedicado la memoria histórica que realizó en 2011, meses antes de que el suyo se convirtiera en un culto de masas. Quien sabe si tiene que venir uno de los mayores creadores audiovisuales de este siglo para lograrlo.
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