martes, 10 de diciembre de 2013

Todos amábamos a Brian Griffin



La animación de Family Guy supuso para muchos de nosotros una brecha emocional en esos años en los que aún conservábamos intactas nuestra inocencia e ilusión por las experiencias que nos quedaban por vivir -además de una capa de acné en donde ahora disfrutamos de un considerable colchón de vello facial-, introduciendo en nuestra experiencia como espectadores un nuevo peldaño de la escala de transgresión. Y si bien esta ahora no solo no parece nada del otro jueves, sino que se hastía en su reiteración, por aquellos tiempos era lo más alucinante e imaginativo que habíamos visto nunca. Por esa razón aunque ahora estemos desconectados de la emisión regular de la serie no podemos evitar sentirnos afectados cuando aparecen noticias relevantes que implican a alguno de sus protagonistas.

No es ningún secreto el declive que han experimentado las últimas temporadas tanto en la calidad de las tramas como en el share, lo que ha llevado a sus creadores a intentar que se vuelva a hablar de ella de la manera más seriéfila posible: cargándose a uno de los protagonistas. El productor Steve Callaghan explicó que el elegido para tal sacrificio fue Brian Griffin porque "con todo lo que todos queremos a nuestras mascotas, sabemos que la suya sería una muerte menos traumática que la de uno de los niños". Y maldita la hora en que decidieron matar a uno de mis personajes televisivos favoritos. Sí, ya no seguía la serie (salvo algún capítulo esporádico en FOX), pero ¿y qué? Matarlo de una forma tan insignificante y sin un motivo claro es algo indigno para él. 

Siempre me he identificado con el perro de los Griffin. Su papel era el de establecer el contrapunto cuerdo del que carecía el resto de la familia, dotándolo de un gran corpus moral que a veces se desvanecía por un instante para apelar a sus instintos animales básicos recordándonos que, efectivamente, era un perro. Podías mantener con él una conversación mucho más madura y razonable que con algunos humanos, pero solo necesitabas tirarle un hueso cuando te quedabas sin argumentos para que corriese lejos de allí. Es muy fácil que el nerd medio entre los que se encuentran los fans más acérrimos de la serie se sienta identificado con ese intelectualoide pretencioso y egocéntrico que tras varios años posponiendo su trabajo tan solo fue capaz de publicar una novela mediocre. Y también con su amor imposible hacia la esposa de su mejor amigo y ese otro platónico, progresivo y manifiesto en la atípica relación de amor y odio que mantiene con el recién nacido Stewie. O con esas copas de Martini en una solitaria velada nocturna donde no le importaría acostarse con una chica de escaso intelecto siempre que lo compensara con una belleza desproporcionada (así es, en esta serie a las mujeres no les da asco tener sexo con un perro). 

A veces era muy difícil no compadecerse de su hipocresía o sentir empatía hacia las problemáticas situaciones en las que se veía inmiscuido. Lo cierto es que pensaba que era de los pocos que sentía esto por el cánido, que los favoritos del público siempre habían sido Peter y Stewie, y ha tenido que llegar esta muerte para empezar a darme cuenta de que para muchos de mis conocidos Brian también era su favorito. La joya escondida, el actuante que no posee las líneas más hilarantes ni acapara un gran número de tramas, pero que aún así es capaz de crear poso en el subconsciente del espectador haciendo que tu amor hacia él sea tan irreversible como el que le profesa a ese bebé psicokyller con tendencias homosexuales.


El cánido, como buen elemento de la cultura pop minoritaria, se encontró apenas unos días después de la emisión de "Life of Brian" con 40.000 internautas que habían firmado una petición en change.org para que este regresara de entre los muertos. La campaña dio resultado, pues los directores han cedido a las presiones anunciando que Brian volverá el próximo 15 de Diciembre y se quedará el resto de la temporada. Todo parecía indicar lo contrario viendo el capítulo de esta semana, "Into Harmony's Way". Una de las novedades que podrían destacar el comienzo de una nueva etapa fue la sustitución en la cabecera de la mascota de la familia por el perro parlante Vinny, italoamericano esta vez (su actor de doblaje es Tony Sirico, Paulie Gualtieri en Los Soprano) al que la familia compró en la anterior entrega para sustituir al finado. 

Aunque Vinny ha sido integrado como uno más de la familia sin hacer una sola referencia a su antecesor, no ha tenido un peso especial en los veinte minutos de esta semana ni ha sido protagonista de su propia subtrama, limitándose su intervención a tres gags puntuales que intentaban incidir en tópicos sobre la comunidad italoamericana, creando un personaje racista (aunque nada antipático) y opuesto a Brian, lo que podría ser un indicador de que su presencia durante los capítulos venideros no es más que una aguda broma metarreferencial. "Into Harmony's Way" termina, además, con la muerte de otro de los miembros de la familia, esta claramente como una broma, lo que nos recuerda el carácter absurdo y falto de lógica y continuidad en el que siempre se ha basado el humor de la serie, pero que no deja de resultar perturbador cuando hace solo quince días miles de personas estaban consternadas por un trágico y emotivo fallecimiento en ese mismo universo de ficción.

No les puedo reprochar nada, su objetivo se ha cumplido: han conseguido que me trague dos capítulos seguidos de una serie que no veía desde hace años en la propia semana de emisión, y que me interese por lo que va a ocurrir próximamente. Es obvio que la supuesta resurrección ya estaba planeada, y la sinopsis del siguiente capítulo (en el que Stewie argucia un plan para conseguir el único regalo que de verdad desea en navidad) así como el título de dos próximos que incluyen las palabras Brian nos dan pistas de lo que ocurrirá. Si lo que buscaban era conseguir notoriedad, les felicito. Si era que recordásemos por qué todos amamos a este perro por encima de cualquiera y somos incapaces de superar su muerte, entonces lo que han hecho es magistral.           

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