jueves, 25 de julio de 2013

Tele pública ¿para qué te queremos?


Que Intereconomía y 13tv sean la referencia nacional a la hora de dar cobertura a un trágico suceso de última hora dice muy poco a favor del estado del periodismo en este país. No es mucho más alentador encontrar medios internacionales como la CNN o la BBC ofreciendo información detallada del accidente ferroviario que nos sorprendió ayer a todos los compostelanos instantes después de que este se produjera, mientras que las principales cadenas españolas hacían caso omiso de la noticia hasta dos horas después.

Hemos tenido que llegar a estos límites para que Rajoy por fin diese la cara, solo para mostrar la reveladora información de que como nacido en Compostela estas eran "las fiestas del Apóstol más tristes que he vivido". Una forma de apelar a nuestra compasión como seres humanos que, a estas alturas, ya no funciona. El Canal 24 Horas volvió a mostrar como, lejos de emular a sus homólogos extranjeros, más que un entramado perfectamente diseñado para dar prioridad al directo y a las píldoras instantáneas parece un refrito formado a base de reposiciones de informativos territoriales. Cuando parecía que ya había tocado fondo, la TVE de Julio Somoano sigue precipitándose a lo más profundo del abismo colocando imágenes del accidente de Chinchilla ocurrido en 2003 intentando hacernos creer que pertenecían al de Santiago. 

Tampoco se ha librado de la polémica el dudoso trabajo realizado por las autonómicas TVG y Vtelevision. Aunque hay que felicitar a ambas por interrumpir su programación habitual para conectar de manera casi inmediata con el lugar de los hechos, el ente público mostró sin ninguna clase de pudor imágenes de las víctimas y algunos cuerpos sin vida que podían herir nuestra sensibilidad. El resto de privadas también parecían en plena batalla de audiencias durante todo el día de hoy para ver quién se hacía con el testimonio más morboso. Es probable que Telecinco ya haya encargado a alguna productora una miniserie sobre el siniestro con El Duque en su papel estelar de temerario maquinista. No sería la primera vez.         

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