Breaking Bad regresa más en forma que nunca

Walter y Jesse vuelven a la carga

Si hay alguna serie por la que cuento los meses, los días y las horas que faltan para que caiga en mis manos, esa es Breaking Bad. El drama de AMC quizás no sea mi favorito, pero si es sin duda el que más sumiso y esclavo me ha tenido desde hace mucho tiempo (tengo miedo de que esta frase suene gay). Había muchas ganas de catar otro chute de los nuevos capítulos y la dosis de hoy no me ha decepcionado. Si aún no has visto el episodio, recomiendo que no sigas leyendo.

Tenía curiosidad por saber cómo continuaría la historia tras ese final tan conclusivo que nos dejó la cuarta temporada. Con la astucia que caracteriza a Walter y, como no... con química, nuestro protagonista conseguía por fin acabar con el invencible Gus Fring, y por añadido con el imperio de Los Pollos Hermanos. Con gran pena en mi corazón, pues soy admirador declarado de Los Pollos Hermanos, al igual que de cualquiera mala traducción panchita que no haga mas que poner en evidencia el desconocimiento y los prejuicios que tienen los americanos hacia toda la cultura hispana. Llore de pasión viendo esos aldeanos medievales con acento mexicano que poblaban aquella recóndita aldea de la Castilla profunda en Resident Evil 4, y ame con locura esa peli de James Bond en la que unos humildes recolectores de uvas ejercen su labor en unos preciosos viñedos del centro de Madrid.

Con ese conato no sé si de Terminator o de The Walking Dead decía adiós nuestro querido Gus para dejar paso al tan esperado como temido reinado Heisenberg. Para los fans de Giancarlo Esposito (¿cómo se dirá, expositores?) aquella fue una despedida agridulce, pues este año encontramos al actor en un registro muy diferente en Once upon a time, así como en un cameo en Comunnity, interpretando al hermano bastardo de Pierce (Productores, spin-off de Chevy Chase y Esposito ya), y pronto lo tendremos en lo nuevo de J.J. Abrams, Revolution. Anda que no le salió bien el negocio ni nada. Y sin saber hablar español.

En lo que al episodio respecta, la serie vuelve a sus orígenes con esas previas a la cabecera tan imaginativas y sorprendentes, y que esta vez nos planta en un futuro bastante lejano con el que podemos especular a gusto como las acciones de Walter lo acabaran arrastrando hasta allí. Los primeros segundos de "Live free or Die" nos muestran a un Walter muy cambiado. Lejos de casa, con una identidad falsa y un aspecto irreconocible, celebrando su cumpleaños en la soledad de un bar de carretera. El apocado Sr. White ha completado su transformación en el frío y solitario Heisenberg, y esta aquí para iniciar una compraventa de armas.

Algo que quiero destacar es un detalle de la serie al que siempre le he dado mucha importancia, y es la transformación física de Walt, supongo que como metáfora de su equivalente moral. Al principio tenía pelo. A finales de la primera temporada se afeito la cabeza para parecer más peligroso y al acabar la segunda se dejó una perilla que mantuvo durante la tercera y cuarta. A estas alturas no sabía que más podría hacerse el pobre, y parecía que las pruebas de estilismo habían acabado, cuando de repente nos plantan a un Bryan Cranston difícil de reconocer, con su barba y su cabello bien creciditos. Señal quizás de que el cáncer ha desaparecido para siempre, quizás de que Walter se ha vuelto más despiadado de lo que nadie podía imaginar.

A continuación nos situamos en donde lo habíamos dejado, con todo Nuevo México haciéndose eco de la muerte de Gus mientras Walter se deshace de las pruebas que puedan incriminarle. Si hay dos frentes que deben explotar esta temporada, esos son la relación tanto con Skyler como con Jesse. La primera tendrá que enfrentarse a la realidad de que su marido hace tiempo que cruzo la línea que separa a un simple cocinero de un asesino sin escrúpulos, lo que hace que empiece a temer de verdad al hombre con el que solía dormir cada noche.

Respecto a su ex alumno, la cosa estallara antes o después. Espero el momento de la confesión: "Bueno, en realidad fui yo quien enveneno al niño para ponerte a mi favor. Ah, por cierto, te acuerdas de la novia aquella que tuviste en la segunda temporada? Pues... la mate... un poquito ¿Amigos?" De momento los problemas y las confrontaciones han preferido dejarlas para más adelante, y es que ahora Walt y Jesse tienen asuntos más urgentes. Hank ha descubierto las cámaras de seguridad de la lavandería e interceptado el portátil en el que están registradas, por lo que deben recuperarlo cuanto antes si no quieren acabar entre rejas.


Como siempre, la respuesta esta en la ciencia. Las ideas de este genio de la química siempre resultan efectivas, y esta vez no iba a ser menos. Soberbia la escena en la que Mike cree que no hay solución tras saber que el portatil esta en el laboratorio y rechaza las ideas de Walter, en la misma postura de novato que solía tener Pinkman. El resultado es un momento muy imaginativo como el de los imanes en el que el plan sale a pedir de boca. Por cierto, increible el tándem Walt-Jesse-Mike, queremos mas de ellos. Por su lado, Hank, tras ser tachado de loco por creer que Gus Fring podía ser un capo del narcotráfico o que ocultaba un laboratorio tras la lavandería, ahora se encuentra en la cresta de la ola tras verse ambas sospechas confirmadas y el elevado a la categoria de heroe, lo que hara que tenga via libre en la busqueda de su archienemigo Heisenberg.

Hemos conocido también el destino de Ted Beneke, que parecía que iba a quedar en el aire como una broma interna. A diferencia de lo que muchos pensaban, Ted no ha muerto y se encuentra hospitalizado tras una fractura craneal. Menos mal que le asegura a Skyler que no dirá nada de lo que ocurrió a la policía, por lo que parece que de momento podemos estar tranquilos. Ojala abandonen ese personaje que no aporta demasiado, y este haya sido un punto y final.

Walter, Jesse y Skyler parecen haberse librado de toda la basura que les salpicaba, pero está claro que esto no acaba aquí. El ambicioso profesor tiene entre sus planes continuar en negocios con Saul, y está casi confirmado que seguirá cocinando su famoso cristal azul. Tras la desaparición de Gus y del cartel mexicano (nunca les perdonare que se cargaran tan pronto a Don Eladio, ese personaje daría juego como villano una temporada entera. Delito tener al Manny Ribera de Scarface y no aprovecharlo como es debido) entraran en juego el impredecible Mike y la empresa alemana que ya relaciono Hank con Gus en su investigación, Madrigal Electromotive, de la que el creador de la serie ha dicho que tendrá importancia capital esta temporada (algo parece indicar que el episodio de la semana que viene se llame, precisamente, Madrigal.) Por cierto, la compañía tienen una pagina web que hace referencia a conceptos de la serie, no se si es producto de la misma o de la imaginación y el tiempo libre de un fan muy friki.

En resumen, un inicio prometedor que solo es una milésima parte de todo lo que Breaking Bad aún tiene que ofrecernos en esta recta final que promete explosiva. Nos quedan quince trepidantes capítulos -divididos en dos tandas, con las que la serie acabará en verano de 2013- en los que poner toda la carne en el asador de ese epilogo que, esperemos, sea tan brillante como hasta ahora.